Hola de nuevo a todos. Pues lo prometido es deuda. He decidido poner las fotos desde el primer momento en que entró por la puerta de mi garaje, a rastras, claro… y seguiré paso a paso hasta lograr ver por fin la luz al final del túnel… Pero ese momento no sé cuándo llegará, porque mi tiempo es bastante limitado y se me va haciendo eterno, así que iré poniendo fotitos de muy vez en cuando, pero bueno, lo compartiré con todos vosotros.
Por cierto, cuando titulo este post como “gran restauración” me refiero principalmente al largo y tedioso trabajo que tendré que emplear en restaurarla. Espero que cuando finalmente quede terminada esa “gran restauración” este título corresponda también al resultado de un trabajo concienzudo y de calidad. Así intentaré que sea, amigos.
En estas dos fotos la acababa de bajar del camión de trasporte. Venía de un pueblo de Oviedo y ya veis lo forrada que llegaba.
Al día siguiente, con más luz y fotos más detalladas. Pufff!!, daba miedo verla…!!
Fijaos cómo estaba el interior del cófano:
Este fósil es el motor…
Pues nada. Quien dijo miedo??. Manos a la obra y… Al techo con ella!!
Cáscaras de pipas, colillas, arena…
Adivinad hasta dónde estaba sumergida….!
Acero oxidado, aluminio sulfatado, zapatas petrificadas.
Apenas hice fuerza para sacarlas y saltó!
La leva del freno estaba completamente soldada al plato porta-zapatas.
No fue suficiente con 3 en 1, ni llave inglesa ni calor…También una palanca de acero!
Al final, con mucha paciencia y mala leche le gané la batalla.
Una vez que le hice unas cuantas chapuzas conseguí pasar la itv (no sé ni cómo lo logré…), por fin pude rehabilitar la baja definitiva que tenía y la puse a mi nombre.
Una vez hecho todo esto a desmontarla para comenzar un CONCIENZUDA restauración:
Podridos varios:
… Y comienza la fiesta!!. A operar:
Con la broca de cepillo dejé al descubierto los puntos de soldadura de la chapa del suelo, y con la radial dejé hueco y practicable la zona central-inferior del suelo, para poder descoserlo posteriormente con más facilidad.
Con esta broca y este útil roscado a ella, para limitar la profundidad del taladro y no pasarme perforando la chapa, comencé a descoser todas las soldaduras del suelo.
Chapas podridas, ya sois historia!!:
Vuelvo a utilizar el cepillo del taladro para sanear el resto de las muchas zonas visiblemente oxidadas:
Y del resto se encargó el chorreado con arena. Este fue el resultado:
Para mi sorpresa, una vez arenada observé que, después de un montón de capas de pintura decapada y otros potingues varios, la chapa estaba mucho más sana de lo que imaginaba. La llevé al chapista para preguntarle por la forma más rápida y fácil de sustituir el resto de los retales podridos que hay que sanearle, y me dijo que él se encargaría de todo eso y de soldar la nueva plancha del suelo que le compré. Dijo que lo haría con soldadura TIG. Pues nada, como tengo buenas referencias suyas, él será quien me haga todos estos arreglos, porque, además, por mi trabajo apenas dispongo de tiempo libre.
Conforme vaya progresando este proyecto, que me ilusiona bastante, os seguiré poniendo fotos para compartirlo con vosotros. Un saludo a todos.
Por cierto, cuando titulo este post como “gran restauración” me refiero principalmente al largo y tedioso trabajo que tendré que emplear en restaurarla. Espero que cuando finalmente quede terminada esa “gran restauración” este título corresponda también al resultado de un trabajo concienzudo y de calidad. Así intentaré que sea, amigos.
En estas dos fotos la acababa de bajar del camión de trasporte. Venía de un pueblo de Oviedo y ya veis lo forrada que llegaba.
Al día siguiente, con más luz y fotos más detalladas. Pufff!!, daba miedo verla…!!
Fijaos cómo estaba el interior del cófano:
Este fósil es el motor…
Pues nada. Quien dijo miedo??. Manos a la obra y… Al techo con ella!!
Cáscaras de pipas, colillas, arena…
Adivinad hasta dónde estaba sumergida….!
Acero oxidado, aluminio sulfatado, zapatas petrificadas.
Apenas hice fuerza para sacarlas y saltó!
La leva del freno estaba completamente soldada al plato porta-zapatas.
No fue suficiente con 3 en 1, ni llave inglesa ni calor…También una palanca de acero!
Al final, con mucha paciencia y mala leche le gané la batalla.
Una vez que le hice unas cuantas chapuzas conseguí pasar la itv (no sé ni cómo lo logré…), por fin pude rehabilitar la baja definitiva que tenía y la puse a mi nombre.
Una vez hecho todo esto a desmontarla para comenzar un CONCIENZUDA restauración:
Podridos varios:
… Y comienza la fiesta!!. A operar:
Con la broca de cepillo dejé al descubierto los puntos de soldadura de la chapa del suelo, y con la radial dejé hueco y practicable la zona central-inferior del suelo, para poder descoserlo posteriormente con más facilidad.
Con esta broca y este útil roscado a ella, para limitar la profundidad del taladro y no pasarme perforando la chapa, comencé a descoser todas las soldaduras del suelo.
Chapas podridas, ya sois historia!!:
Vuelvo a utilizar el cepillo del taladro para sanear el resto de las muchas zonas visiblemente oxidadas:
Y del resto se encargó el chorreado con arena. Este fue el resultado:
Para mi sorpresa, una vez arenada observé que, después de un montón de capas de pintura decapada y otros potingues varios, la chapa estaba mucho más sana de lo que imaginaba. La llevé al chapista para preguntarle por la forma más rápida y fácil de sustituir el resto de los retales podridos que hay que sanearle, y me dijo que él se encargaría de todo eso y de soldar la nueva plancha del suelo que le compré. Dijo que lo haría con soldadura TIG. Pues nada, como tengo buenas referencias suyas, él será quien me haga todos estos arreglos, porque, además, por mi trabajo apenas dispongo de tiempo libre.
Conforme vaya progresando este proyecto, que me ilusiona bastante, os seguiré poniendo fotos para compartirlo con vosotros. Un saludo a todos.