Pues sí, después de mil dudas entre Vespa (la mía, la de siempre, la de toda la vida) un fugaz paso por la LML (ojalá le hicieran una buena y profunda revisión pre compra) y Lambretta, la primera fue la Vespa, pero eso sí, moderna, que clásicas ya tuve, pero cuando tocaba (lástima que la LML se quedaba corta para el día a día, porque divertida era un rato y más divertida que hubiera acabado siendo tras vitaminarla bien)
Volvamos al asunto: si una Lambretta, puesto que NUNCA (aunque si que las había conducido y me gustaban) tuve una. Puestos manos a la obra, y con la inestimable ayuda de Vespaciano (cuantas noches de intercambio de anuncios) estuve barriendo la península ibérica para encontrar "la mía". Después de luchar contra bucaneros, piratas y apandadores de toda clase y especie, tratar con alguna buena persona que quizás sobrevaloraba su vehículo, y tener que tomar una dura decisión final (hay una LI150 2ª serie en Málaga que me tiene "enamorao", pero no he podido superar el tema de la distancia, un hándicap para mí sobre todo porque soy muy mío, me gusta ir a ver el vehículo y si todo cuadra, traérmelo rodando) me subí en la que ahora es "la mía":
Me la traje rodando desde Alicante, donde vivía con su anterior dueño, una persona genial que entre su jet y su LI150 se decantó por esta última (que por otra parte, es una verdadera preciosidad que suena a gloria) y por no dar uso a ambas decidió dejar la jet en manos de alguien que si que pudiera disfrutarla. Fue un viaje "a la antigua" combinando tramos de nacional con comarcales, y con un cambio de bujía a mitad camino además de perder algún que otro tornillo por el camino. No caí en la cuenta de llevar herramienta y repretar antes de salir, ya que la vi tan estupenda que ni lo pensé. Su anterior dueño, además de haberle hecho una restauración a conciencia y con buen gusto, encargó cambiar el aceite del carter y limpiar la bujía, añadiendo además dos bujías a las herramientas (originales) "por si acaso".
Es un auténtico bellezón:
A pesar de que está rodando, le voy a hacer una buena puesta apunto, por lo que ya está en casa del padre de Pani, que de Lambrettas entiende un rato: carburación, desmontaje y limpieza de cilindro, alguna junta, recuperar alguna funcionalidad en desuso, reponer los espárragos del capuchón del cilindro, tubeless...
Estéticamente, y aunque no me disgustan, le voy a quitar los adhesivos de los cófanos y estoy pensando en alguna discreta "vinilización" para tener claro que esa es "la mía" siguiendo la filosofía del anterior dueño, lo que incluye pintar los números de las ruedas.
En fin, siempre tuve la duda, y siempre ganó Vespa, en sus tiempos. Hoy, las cosas han cambiado y en clásicas, ha sido Lambretta la que me ha logrado seducir, y es curioso, pero las sensaciones que me da, son las que tuve cuando la probé en su día: es más moto, y aquí poco escape le hace falta, porque lo que es sonar, suena a gloria.
Vamos, un auténtico "hierro"
Tiene para dos semanitas en el taller, por lo que de momento, poco más puedo contar, aunque si que me ha trasmitido muy buenas sensaciones (pero que muy buenas)
Continuara...
Volvamos al asunto: si una Lambretta, puesto que NUNCA (aunque si que las había conducido y me gustaban) tuve una. Puestos manos a la obra, y con la inestimable ayuda de Vespaciano (cuantas noches de intercambio de anuncios) estuve barriendo la península ibérica para encontrar "la mía". Después de luchar contra bucaneros, piratas y apandadores de toda clase y especie, tratar con alguna buena persona que quizás sobrevaloraba su vehículo, y tener que tomar una dura decisión final (hay una LI150 2ª serie en Málaga que me tiene "enamorao", pero no he podido superar el tema de la distancia, un hándicap para mí sobre todo porque soy muy mío, me gusta ir a ver el vehículo y si todo cuadra, traérmelo rodando) me subí en la que ahora es "la mía":
Me la traje rodando desde Alicante, donde vivía con su anterior dueño, una persona genial que entre su jet y su LI150 se decantó por esta última (que por otra parte, es una verdadera preciosidad que suena a gloria) y por no dar uso a ambas decidió dejar la jet en manos de alguien que si que pudiera disfrutarla. Fue un viaje "a la antigua" combinando tramos de nacional con comarcales, y con un cambio de bujía a mitad camino además de perder algún que otro tornillo por el camino. No caí en la cuenta de llevar herramienta y repretar antes de salir, ya que la vi tan estupenda que ni lo pensé. Su anterior dueño, además de haberle hecho una restauración a conciencia y con buen gusto, encargó cambiar el aceite del carter y limpiar la bujía, añadiendo además dos bujías a las herramientas (originales) "por si acaso".
Es un auténtico bellezón:
A pesar de que está rodando, le voy a hacer una buena puesta apunto, por lo que ya está en casa del padre de Pani, que de Lambrettas entiende un rato: carburación, desmontaje y limpieza de cilindro, alguna junta, recuperar alguna funcionalidad en desuso, reponer los espárragos del capuchón del cilindro, tubeless...
Estéticamente, y aunque no me disgustan, le voy a quitar los adhesivos de los cófanos y estoy pensando en alguna discreta "vinilización" para tener claro que esa es "la mía" siguiendo la filosofía del anterior dueño, lo que incluye pintar los números de las ruedas.
En fin, siempre tuve la duda, y siempre ganó Vespa, en sus tiempos. Hoy, las cosas han cambiado y en clásicas, ha sido Lambretta la que me ha logrado seducir, y es curioso, pero las sensaciones que me da, son las que tuve cuando la probé en su día: es más moto, y aquí poco escape le hace falta, porque lo que es sonar, suena a gloria.
Vamos, un auténtico "hierro"
Tiene para dos semanitas en el taller, por lo que de momento, poco más puedo contar, aunque si que me ha trasmitido muy buenas sensaciones (pero que muy buenas)
Continuara...